GILLES LIPOVETSKY
LA ERA DEL VACÍO
En cuanto se dicta el acta de defunción del Modernismo, entendida como aquella etapa en la que el hombre confía ciegamente en sus propias capacidades, en la ciencia como luz de la razón Humana, empiezan a surgir los analíticos de lo que se dio en llamar “Pos-Modernismo”.
Este pos-modernismo es una mutación en la forma de entender el mundo, se da un modo de socialización y de individualización que nunca antes se había visto, inédito, un proceso de “personalización” que para Lipovetsky es la segunda revolución individualista. Un proceso que rompe con el pasado reciente y con las convenciones sociales.
Estamos ante todo, frente a un cambio de organización social, un cambio de valores en donde se da prioridad a los valores individuales, a la preocupación por el individualismo (Self), una búsqueda de elecciones privadas, el mínimo de austeridad, la menor represión, y una suma de valores hedonistas, respeto a las diferencias, culto a la liberación personal, al relajamiento, al humor y a la sinceridad; al psicologismo y a la expresión libre.
En esta mutación social, se da prioridad a lo privado, al individuo, ya no hay una “res pública” que valga la pena defender en tanto que la única realización posible es a través de pequeños logros individuales, tal vez incomprensibles para el resto de las personas, esto invoca un gozo pleno de las experiencias íntimas, de lo que no se puede compartir: “El ideal moderno de subordinación de lo individual a las reglas racionales colectivas ha sido pulverizado, el proceso de personalización a promovido y encarnado masivamente un valor fundamental, el de la realización personal, el respeto a la singularidad subjetiva, a la personalidad incomparable sean cuales sean por lo demás las nuevas formas de control y de homogeneización que se realizan simultáneamente.
La minorías irrumpen, y son de todo tipo, ideológicas, alternativas, que buscan constantemente la propia identidad: “No es cierto que estemos sometidos a una carencia de sentido, a una deslegitimación total, en la era posmoderna perdura un valor cardinal intangible, indiscutido a través de sus manifestaciones múltiples, el individuo y su cada vez más proclamado derecho a realizarse”
El individualismo descrito por Lipovetsky toma forma de un narcisismo colectivo el que se está viviendo de forma que el discurso agrupa lo que está cerca, a la mano, lo que es similar o idéntico a uno mismo, son movimientos que afectan a todas las manifestaciones de la sociedad.
Ahora la forma es fondo, los medios masivos construyen el mundo, de la tecnología se busca primordialmente que proporciones placer y bienestar, estamos ante un bombardeo masivo de escuelas para la persona y su autoestima, incluso ciencias de tradición cientifista como la medicina ha abierto sus puertas a caminos poco ortodoxos, como la acupuntura, la visualización, la herbó logia, el biofeedback.
Dice Lipovetsky que cada sociedad toma como modelo a alguna figura mitológica, en este caso es Narciso quien domina al hombre posmoderno.
El mundo del consumo ofrece ahora una profusión lujuriosa, exacerbada de productos, imágenes y servicios, esto lo llama Lipovesky “seducción a la carta”.
La indiferencia ahora priva las relaciones humanas, en el trabajo en las relaciones humanas incluso, el nuevo Narciso solo busca un espacio donde desarrollar sus gustos, llegar al Gozo inmediato, fuera del vértigo, de las catástrofes, de la responsabilidad y de la ética productiva Lipovestky enumera todas las instituciones que ya no representan el conjunto de valores de la posguerra, en el trabajo ya no existe disciplina, priva el absentismo y el “Turn Over”, ya no se culpabiliza al tiempo libre, al contrario se le celebra, se le incentiva, la familia ya no tiene el mismo valor, no paran de aumentar los índices de divorcios, incluso en el ejército, por todos los medios se intenta ser declarado inútil, como el protagonista de “El Palacio de la Luna” de Paul Auster, (personaje que encuadra perfectamente en esta definición de posmoderno, incluso al tomar la decisión de no tomar decisión alguna y dejarse ir, lo cual provoca que su experiencia sea mucho más intensa y decisiva para el resto de su vida).
Después de su obra más importante, “La era del vacío” Lipovestky siguió estudiando el tema del Híper-modernismo, definición más clara que la de pos-modernismo pues hace referencia a un modernismo exacerbado, acelerado, Otras de sus obras importantes son “La era del Lujo”, “El imperio de lo efímero” “El crepúsculo del deber”.
En su obra “Los tiempos híper modernos” Lipovestky aclara que es un error seguir definiendo los tiempos recientes como posmodernos, ahora estamos ante un Hipernarcicismo, un narciso que se tiene por maduro, responsable, organizado y eficaz, que rompe con el Narciso de los años posmodernos, amante del placer y las libertades, los individuos híper-modernos saben que es necesario tener un comportamiento responsable, pero al principio toman pasos irresponsables, están mejor informados pero más desestructurados, críticos pero superficiales, escépticos pero menos profundos.
En conclusión el nuevo individuo Híper moderno tiene un comportamiento esquizoide, se dice maduro, responsable, eficaz y adaptable pero priva el reino del infantilismo, del eterno adolescente, la irresponsabilidad en las decisiones corporativos, crímenes contra ecología, es eficaz pero deprimido, se dice adaptable pero se crispa en las grandes metrópolis, no encuentra un momento de paz, el claxon del automóvil es su medio de comunicación mas eficiente.
martes, 15 de febrero de 2011
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