jueves, 28 de abril de 2011

El ser humano o la gran paradoja


Las dualidades del ser humano




Iniciada la empresa de descubrir y describir la naturaleza del Ser Humano, nos topamos con que todo intento de proporcionar una perspectiva antropológica que realmente describa la esencia de la persona desemboca en la tensión entre:
-Naturaleza y Costumbre
-Pluralidad y Singularidad
-Dependencia y Autonomía
Estos tres binomios buscan determinar una esencia de lo humano en la búsqueda de un equilibrio
En cuanto a la dualidad Naturaleza/Costumbre, se ha dicho que el ser humano se hace humano una vez que entra en contacto con otros miembros de su propia especie, y por lo tanto se asimila y se van desarrollando los valores, el lenguaje, la idea de lo que es justo y otras muchas cosas, sin embargo es claro que no todo en el ser humano es fruto de la cultura, por ejemplo el lenguaje y las palabras son expresiones de objetos que se encuentran ya dados en el mundo. Incluso la corporeidad del ser humano no es en ningún modo artificial, como no lo es su necesidad de alimento, sin embargo la “forma” en la que cumplimos una necesidad básica, como alimentarse, es por medio de una “cultura” de la alimentación, todo un complejo de rituales por medio de los cuales nos nutrimos y consumimos alimentos.
Scheller es uno de los filósofos que centran su pensamiento en la tensión entre naturaleza y costumbre, partiendo de esto llega a la conclusión de que esta tensión no recoge la condición del Ser Humano sino que lo importante es lo sobre-natural, de forma particularmente lúcida, hace una distinción entre “Mundo” (WELT) y “Ambiente” (UMWELT) de forma progresiva el mundo se va distinguiendo entre lo meramente inorgánico hasta el universo del ser humano, que trasciende lo orgánico, en la cima de la pirámide se encuentra la inteligencia práctica, partiendo de lo meramente inorgánico y pasando por aquellos seres que tienen instinto y memoria asociativa.
Respecto a la dualidad Pluralidad/Singularidad, se ha mencionado que el ser humano se caracteriza por ciertos rasgos que lo hacen único, toda persona es la expresión de su humanidad por medio de las modalidades con las que existe, pero es claro que no todo en la persona es singularidad, una singularidad completa implicaría que la persona lleva a cabo todas sus actividades de forma peculiar sin asemejarse a las de nadie más, e incluso tendría su propio idioma, lo cual por supuesto sería imposible.
Quisiera detenerme en la dualidad entre Dependencia/Autonomía, ya que, a mi parecer esta tensión y la forma en que se pueda resolver tiene implicaciones de corte jurídico y humanístico.
El ideal de un ser humano “Autártico” es decir un ser humano que se ponga sus propios fines, es un ideal que se ha introducido muy profundo en la cultura occidental, se busca justificar un modelo de un adulto independiente y autosuficiente, que no depende de nadie más para subsistir y que es la más acabada expresión de la racionalidad e intencionalidad (conceptos por medio de los cuales pensadores como Peter Singer definen a una “persona).
Sin embargo, pensadores como Alasdair Macintyre sostienen la tesis opuesta, que la vulnerabilidad, la aflicción y el hecho de la dependencia son rasgos fundamentales de la condición humana, esto tendría consecuencias para la filosofía moral ya que está muy enraizada la idea de que los verdaderos rasgos del ser humano son su independencia y su autonomía.
La creencia de que la racionalidad del ser humano en cuanto a ser pensante es, de algún modo, independiente de su animalidad desemboca en la conclusión de que el ser humano puede olvidarse de su propio cuerpo y olvidar que su manera de pensar es la que corresponde a una especie animal, sin embargo existe una relación más fundamental entre la condición animal del Ser Humano y su vulnerabilidad, se puede considerar que las virtudes que el Ser Humano necesita para desarrollarse a partir de su condición animal inicial y llegar a ser un agente racional e independiente, así como las virtudes que requiere para hacer frente a la vulnerabilidad y discapacidad, pertenecen a un único conjunto de virtudes; las virtudes propias de los animales racionales y dependientes, cuyos rasgos de racionalidad, dependencia y animalidad deben ser entendidos en sus relaciones recíprocas.
Macintyre propone una nueva afirmación de la racionalidad humana, Aristóteles fue uno de los filósofos que más en serio se ha tomado la animalidad humana; “Todos los animales no humanos, viven mediante la percepción y la memoria y poseen muy poca experiencia, pero la especie humana también vive mediante la sabiduría y el razonamiento”, este argumento para definir al ser humano como un ser propiamente racional, muchas veces se ha interpretado como si hubiese querido decir que la racionalidad no es en sí misma una propiedad animal, sino la propiedad que separa al ser humano de su animalidad. Sin embargo esta phrónesis o capacidad para el razonamiento práctico es una cualidad que atribuyó, como posteriormente Santo Tomás, tanto al ser humano como a algunos animales no humanos en virtud de su capacidad para prever. Esto obliga a preguntarse precisamente cómo se relaciona esta phrónesis de ciertas clases de animales no humanos con la racionalidad particular del ser humano.
Es importante tener en claro y no dar por sentado el hecho de que el ser humano “es su cuerpo” y no solamente “tiene un cuerpo”, y que el cuerpo del ser humano es un cuerpo animal con la identidad y cohesión de todo cuerpo animal.
Este es un obstáculo para el reconocimiento de la dependencia del ser humano, así como otras actitudes tales como el creer que los que tienen autosuficiencia son en consecuencia superiores, el mismo Aristóteles pasa por alto el valor de la experiencia de quienes en su momento se encontraban en franca posición de desventaja, los esclavos y las mujeres y en otro pasaje manifiesta que el modelo de virtud masculina se caracteriza por la hombría de quien “no desea hacer sufrir a los demás al compartir su pérdida” partiendo del hecho de que quienes poseen hombría se distinguen de las mujeres porque no desean que otros se entristezcan por su pena, y ya partiendo del prejuicio de que el hombre que se comporta como mujer es inferior en virtud masculina.
Sin embargo, los mejores recursos para identificar en donde se equivocan los argumentos que niegan la dependencia del ser humano los proporciona Aristóteles, el primero es el que se refiere a las similitudes del ser humano en relación a los miembros de otras especies inteligentes.
La identidad humana es fundamentalmente corporal, y por ende identidad animal, entre los principales males que aquejan al ser humano están los que alteran esa consistencia, esa identidad.
Es necesario reconocer la vulnerabilidad del ser humano, pero también la dependencia que esta genera, es cierto que la filosofía moral de nuestro tiempo ha subrayado de manera muy clara la autonomía del individuo, la capacidad del ser humano de tomar elecciones independientes. Macintyre en este punto clasifica dos tipos de virtudes:
-Las virtudes de la actuación racional dependiente
-Las virtudes que denomina de reconocimiento de la dependencia
Los dos conjuntos de virtudes son esenciales para realizar las potencialidades específicas que caracterizan al animal racional humano.
LA COMUNIDAD HUMANA Y EL CONCEPTO DE BIEN
El ser humano siempre es parte de una comunidad de personas, y esa comunidad de personas a su vez es parte de algo más grande. Toda persona desde el momento de su nacimiento va a formar parte de un grupo de relaciones sociales que lo definen y que no es de ninguna manera obra suya, pero a su vez, al nacer cada ser humano afecta su entorno y al mundo de manera indeleble, sería muy difícil, sino que imposible imaginar un ejemplo de un ser humano que al nacer no haya transformado o afectado a alguna otra persona en ningún modo.
El tránsito de la infancia a la edad adulta, lo que Macintyre llama “razonador práctico independiente” transcurre entre una conciencia que se limita al mero presente, a la concreción de necesidades básicas, hacia una conciencia que incluye un futuro que se visualiza.
En este tránsito de un estado a otro existe una serie de posibles peligros y accidentes, entre ellos existe el peligro de tener una perspectiva limitada del futuro, sin embargo se ha dado por hecho que quien padece de alguna discapacidad está excluido de muchas cosas, no contando con el hecho potencial de que quien tiene una limitación o discapacidad no podrá visualizar un futuro con mayores posibilidades pero tal vez otras personas si, para dicha persona limitada.
Una persona que no es capaz de ver futuros alternativos y distintas posibilidades es un “razonador práctico defectuoso”, al hablarse de razonador práctico independiente se entiende alguien que ejercita las facultades humanas de racionalidad en categorías muy distintas.
CONCLUSIONES
Entendido el papel que tienen los otros en la transición y desarrollo de una persona, nos queda un poco más clara la idea de que si bien, se puede hablar de una progresividad de las habilidades humanas de las cuales su culmen es el razonador práctico independiente, alguien que goza de racionalidad e intencionalidad, esa progresividad no implica el tránsito de menos a más, sino que en todo momento estamos ante un ser que tiene en si todas las potencialidades referidas pero que si se encuentra disminuido por alguna razón, eso no lo hace menos “persona”.
Por otro lado, todo ser humano llega al nacer a una comunidad que implica una compleja interrelación de factores y que por supuesto ya está dada al nacer, al relacionarse con dicha comunidad la persona va adquiriendo poco a poco aquello que lo convertirá en un miembro de la comunidad, pero es importante señalar que si bien el individuo será afectado toda su vida por aquel lugar en donde se le dio acogida, el mundo queda para siempre modificado por causa de dicho individuo, es característica esa singularidad del ser humano es que el mundo queda afectado para siempre al nacer.
En todo caso, y tomando en cuenta esta singularidad del Ser Humano que lo vuelve por decir así único, sumándole el hecho de que en todo momento se es persona, y en cada una de las etapas del desarrollo se es persona sin que esto implique un tránsito de menos a más (desde mi punto de vista) sino que a lo largo de cada etapa se está siendo persona con determinada peculiaridad y características relativas a dicha etapa.
En conclusión, tanto el razonador independiente, adulto y autártico, como el infante en desarrollo que va encontrando su humanidad en las relaciones que encuentra en sí mismo y su comunidad, como el discapacitado incapaz de expresarse por sí mismo, son formas de manifestar la humanidad de dichos individuos tanto así como las distintas modulaciones y entonaciones en las que se expresa por ejemplo, la música.
La independencia no es la esencia del ser humano sino al contrario su vinculación con el mundo (welt) y su comunidad, lo que lo vuelve dependiente de todos y cada uno de los seres humanos que se cruzan por su panorama, eso sí en distintos niveles y graduaciones.

No hay comentarios: