miércoles, 7 de noviembre de 2012

Coordenadas

Dado que la hoja en la que voy a escribir este ensayo es cuadriculada, visto que soy fóbico a perderme en la Ciudad de México y encima llevo más de seis meses viviendo con crisis vocacional (ya resuelta). Creo que mi ensayo se titulará: "coordenadas", coordenadas en un sentido cartográfico y metafórico, vitalmente metafórico.

 ¿Es posible tener un mapa vital o es pura patraña todo aquello que suene a "cómo debes vivir tu vida" o "tu puedes sanar tu vida"? patrañas que saben a librería de Sanborns.... En un mapa, en cualquier mapa, siempre están ausentes los elementos más importantes, me explico: puedes saber que la "Calle de la Amargura" hace esquina con "Estrella Errante" y que para llegar ahí lo más práctico es tomar la Avenida "Vía Láctea", pero un mapa nunca te va a decir que cuando llegues va a estar lloviendo, si va a hacer frío o si de camino te cruzarás con el amor de tu vida...o peor aún si serás asaltado.. Un mapa, en este caso, no sirve de mucho. 

Si le añadimos que en esta Ciudad llevamos quien sabe cuantos años en obra constante y que las calles pueden estar cerradas, bloqueadas, inundadas o simplemente ya no existir....concluimos que un mapa, sea Google Maps, o la Guía Roji no te va a servir de mucho. 

 Si un mapa de la Ciudad de México o de cualquier ciudad del mundo te dice tan poco, ¿Qué podemos pensar de esas personas que tienen trazado "el mapa de su vida": a los 30 voy estar aquí, a los 40 acá y a los 50 acuyá....lo digo porque siento que, subjetivamente, mi vida no ha seguido una cartografía tan precisa, en otras palabras que soy un fracaso o un desastre total: si me hubiera trazado como meta alcanzar la cúspide de la vida profesional antes de los 30, veo que se me agota el tiempo....emanciparme..tampoco lo puedo tachar todavía de mi lista de los "por hacer"...ya no digamos encontrar el amor, !Es que nisiquiera sé por donde empezar a buscarlo¡, en fin que más que un bólido o un aeroplano en línea recta a su destino, más bien me siento como un pedazo de madera en el oceano que va a la deriva sin rumbo fijo.

 Cuando pienso en el tiempo y en la consecución de metas inmediatamente pienso en la relatividad del mismo tiempo -clichés aparte- por ejemplo: hace unos días el tema de moda era una megatormenta en la ciudad de Nueva York: "The Perfect Storm" le decían,justo por esos días leí en algún lado que las manchas rojas en el planeta Júpiter son Huracánes de trescientos años, la "Tormenta Perfecta" de Nueva York pasó pero las Tormentas Rojas de Júpiter siguen ahí y seguirán al menos por todas nuestras vidas.

 Si hablé de mis dilemas existenciales (cosa que no estoy seguro si es permitida en un ensayo) fue para ejemplificar algo; No hay tormentas perfectas, siempre habrá una tormenta mejor, si digo que llevo 6 meses viviendo una crisis vocacional también fue para puntualizar algo: que ya fue resuelta. Creo que fue San Agustín quien dijo: "Conócete, exígete, supérate", el problema es que todo siempre está en constante cambio !incluso uno mismo¡, en este caso no hay coordenadas que sirvan para llegar a un punto deseado, mucho menos para "triunfar en la vida" (o escribir un ensayo).

 Mi hermano tiene una frase: "Los finales felices son para los débiles", de entrada uno pudiera pensar que es una frase amargada, pero no, si uno le piensa verá que tendemos a pensar la vida como una película, pero la vida tampoco es como una película, (habiendo dejado en claro que no es como un mapa), las películas tienen final y son lineales pero la vida es como un continuum donde cada supuesta victoria sólo es la preparación para una nueva batalla, se abren nuevos frentes; los finales felices son para los conformistas.

Además un guión cinematográfico no admite improvisación y la vida sí, la vida no es un guión ni un mapa ni nada parecido, tampoco es una cuadrícula de una hoja de cuaderno, pienso esto porque estoy escribiendo este ensayo apresuradamente y mal y apenas puedo respetar la cuadrícula predeterminada, pero pude haber elegido escibir todo de corrido sin dejar renglones en blanco, pude haber preferido escribir dejando dos renglones entre cada frase, pude haber elegido alternar entre una hoja en blanco y una escrita....pero la vida tampoco es una hoja en blanco o cuadriculada, por el simple motivo de que la vida es una historia ya empezada, cómo dice alguno de los personajes de la Rayuela de Cortázar; es como entrar a una película o una obra de teatro que ya comenzó y que no sabemos muy bien el hilo de la historia ni porqué todo es tan lindo (o terrible). 

¿Entonces de que sirven los mapas o los guiones? creo que nos sirven sólo como guía para llegar a algún lugar, para no extraviarse espantosamente, para que no pase como alguna vez me pasó; querer llegar a la Avenida de los poetas y terminar en la salida a Querétaro (los que vivimos en la Ciudad de México entendermos que esto sí es perderse espantosamente). Un mapa no te va a decir qué puedes hacer para entretenerte en el camino, o qué música escuchar, si debes ir en camión, o en bicicleta o caminando. Tampoco te va a decir si de camino te vas a encontrar con un árbol centenario y le vas a querer tomar fotos, o si vas a encontrarte con un viejo amigo que te va a invitar una cerveza para ponerse al día y por lo tanto ya no vas a llegar a tu destino, sea una cita romántica o de negocios..(habrá personas que les dé lo mismo una cita de negocios a una romántica o que de plano les emocionen más los negocios...eso aparentan.) Entonces el mapa ya no sirvió de mucho -acabaste en otro lado al que te habías propuesto originalmente. 

Un mapa no se parece entonces a la vida, ni a los guiones cinematográficos, o a las cuadrículas del cuaderno o a una hoja en blanco o a los libros de superación personal que te dan paso por paso como ser feliz y no morir en el intento. A lo mejor se parecerá a las partituras musicales (son algún tipo de mapa), pero muchos músicos (los he visto), se entusiasman tanto que terminan olvidando las frías indicaciones de la partitura, terminan olvdando hasta la cuenta de los días (Cronopios Cortazarianos). 

Tratando de redimir a los mapas, los libros de autoayuda, las hojas cuadriculadas, los guiones cinematográficos o las partituras musicales, diría que si no te van a llevar a donde quieres llegar, al menos te ayudarán a no perderte horriblemente (y acabar en la salida a Querétaro cuando lo que querías era llegar a Avenida de los poetas). Al menos te darán el primer impulso para tomar camino -ya será cuestión de suerte que el camino te lleve a donde querías llegar- o si ocurre como propone el guardagujas de Arreola: que tomes el tren con la posibilidad abierta de que llegue a un punto donde ya no hubo rieles y las circunstancias te obliguen a formar una bonita comunidad en medio de la selva y -quien sabe- termines prefiriendo ese destino al destino deseado originalmente.