LAS ARTES LIBERALES EN LA POSMODERNIDAD
“La verdad nunca muere, pero se le obliga a vivir como un mendigo”
Proverbio Yiddish
LA SITUACIÓN DE LAS HUMANIDADES ANTE EL POSMODERNISMO
Si, como propugnan los teóricos posmodernos, no existen fundamentos para asegurar la existencia de una sola verdad. Si como anuncia Derrida no podemos tener verdadera comunicación con los otros, o la pretensión de un conocimiento universalmente reconocido es mera ilusión, ¿cuál es la situación de las Humanidades en la sociedad actual?
Debemos, antes de tratar el rol del posmodernismo en las humanidades, considerar el problema de lo que John Sanbonmatsu llamó el “problema de la mediación” , Es decir que el trabajo que producen los intelectuales no está conectado con la producción de bienes y servicios, sino con la circulación de ideas y cultura, su función es primordialmente ideológica, lo cual no implica que produzcan ideas en el vacío, a diferencia de otros tipos de trabajadores del conocimiento que cumplen un papel más o menos directo en el proceso de producción, los intelectuales tienen una relación mediada con la producción, en concreto su trabajo está mediado por dos “grandes planos superestructurales” , el Estado y la sociedad civil.
El problema reside en que los intelectuales hoy en día están mucho más mediados que antes, Sanbonmatsu los divide en intelectuales “orgánicos”, es decir, intelectuales que se desarrollan naturalmente desde clases o grupos sociales particulares, e intelectuales “tradicionales”, es decir individuos atados a regímenes disciplinarios y asociaciones profesionales, habiendo hoy en día muchos más intelectuales tradicionales que orgánicos, lo que provoca que los intelectuales de hoy en día sean pensadores desarraigados sin conexiones cercanas a movimientos o identidades específicas.
La universidad hoy en día ya no está legitimada ideológicamente en el cumplimiento de los ideales humanísticos tradicionales –incrementar el reservorio del conocimiento humano, dar forma al carácter individual, crear una ciudadanía nacional informada- .
Ahora los mecanismos de legitimación de la universidad han sido transformados de la noche a la mañana, ahora se concibe que “el propósito fundamental de la educación superior consiste en proveer un caudal de trabajadores educados capaces de superar en la competencia a los trabajadores de otras economías nacionales”
En otras palabras, si la misma sociedad y los humanistas pierden de vista el sentido y la importancia de las disciplinas que cultivan, es poco probable que se sostenga y se justifique, aún cuando este es un escenario demasiado pesimista, como con otras palabras lo señala Lindsey Waters, ex editora principal de una de las más prestigiadas editoriales universitarias de EUA:
“Si los humanistas no tienen presente con firmeza cual es su función, nadie más lo tendrá, Los humanistas estudian libros y artefactos para hallar rastros de nuestra común humanidad, hay una conexión causal entre la demanda corporativa de un incremento en productividad y el hecho de que todas las publicaciones hayan sido vaciadas de cualquier significación, excepto en términos de cantidad. Las humanidades están ahora en crisis porque muchas de las presuposiciones sobre qué es lo importante son absolutamente perjudiciales para las humanidades. Cuando los libros dejan de ser medios complejos y se transforman en objetos cuantificables, el resultado es que todos los medios que las humanidades estudian pierden valor. El dinero ha reestructurado la academia norteamericana a su propia imagen, y el dinero es un instrumento contundente”
En apariencia, en la sociedad actual, parece necesario justificar la existencia de las humanidades en el programa académico, y la mejor forma de justificarlas es por su utilidad y como fuente de valor agregado en la innovación tecnológica y las empresas de índole económica, para justificar las humanidades es necesario, al parecer, justificarlas en términos de su valor de uso para el capitalismo.
EL STAR SYSTEM, LA TRIVIALIZACIÓN DE LAS ASIGNATURAS Y LA PREEMINENCIA DE LAS CIENCIAS TÉCNICAS
A mi parecer existen tres síntomas que denotan la situación actual de las humanidades y del conocimiento clásico en general en la sociedad occidental, el primero de ellos es el surgimiento de lo que Sanbonmatsu llama el “Star System” académico, sistema basado en los principios de productividad, cantidad y no calidad, el “publish or perish”, en tanto que la investigación en humanidades debería entenderse como un hábito de estudio discreto y que use a su favor las herramientas de la lógica como parte de un método y la retórica como el ansia de llegar a la verdad, es decir, que sus proposiciones no sólo sean formalmente correctas sino también verdaderas.
La trivialización de las asignaturas es consecuencia de la pérdida de un referente cultural válido, si en la actualidad no se considera que sea válido o productivo proponer en el plan de estudios una base común a las distintas carreras sino que es discrecional del estudiante decidir que materias desea cursar esto provoca se considere válido proponer un plan de estudios ad-hoc para cada persona, dejando de lado las bases culturales que han dado origen (y esto nadie lo puede refutar) al caudal de conocimiento actual.
Otro síntoma que a mi parecer existe en la educación actual, es la aparente preeminencia y valía que al parecer tienen las ciencias puramente técnicas o científicas sobre el conocimiento humanístico, esto se debe a que, desde hace unos siglos, el conocimiento científico se ha visto como la punta de lanza de los avances de la humanidad, creyendo así que la ciencia y solo la ciencia podría dar solución a todos los problemas que aquejan al hombre, dejando de lado el conocimiento humanístico precisamente por su falta de practicidad, la que como veremos es solo aparente.
LA IMPORTANCIA DE LA TRADICIÓN
“Quien no sabe llevar su contabilidad por espacio de
Dos mil años, se queda en oscuridad y solo vive al día”
Goethe
La pregunta que es necesario hacer es, ¿Qué importancia tiene la tradición en cualquier ramo del conocimiento humano?, del verbo latino “tradere”, que significa “entregar”, su etimología nos indica que es un conjunto de patrones culturales que van pasando de generación en generación.
La supuesta ruptura con la tradición que nos ofrece el posmodernismo vino a revolucionar de forma significativa muchas de las ideas y teorías que se tenían de ella ya que se le ha atacado desde su mismo basamento; el lenguaje, si ya no se puede tener una verdadera comunicación con el otro, no es posible hablar de una verdadera historia y por ende una historia cultural.
Sin embargo, a mi parecer, el post-estructuralismo y el posmodernismo no han tomado en cuenta una cosa: no es posible renegar de un sistema desde sí mismo, ya que, si la tradición y la historia no tienen ningún significado y no hay valores éticos o culturales a los que atenerse, el verdadero ataque o su verdadera crítica debería venir desde un sistema totalmente distinto, lo que quiero decir es que, así como el joven revolucionario que desea destruir o destituir un anquilosado y viejo sistema, no se da cuenta de que en la misma lógica del sistema es parte de el mismo.
Si la búsqueda de nuevas raíces fuera posible, sería necesario ignorar todo lo que se ha dicho anteriormente sobre cualquier tema trascendente para la filosofía y el conocimiento, y por ende dar un nuevo basamento teórico para que se sustente.
Para poder tener un verdadero avance en cualquier rama del conocimiento, ya sea la filosofía, la jurisprudencia o la ciencia, es necesario tomar parte del impulso que se ha obtenido a lo largo de muchos años por parte de sus primeros teóricos, así tiene sentido la frase de Juan de Salisbury “somos enanos en brazos de gigantes” ya que podemos ver mucho más allá de lo que los clásicos lo hicieron no a pesar de ellos sino gracias a ellos.
En cuanto a las artes liberales, la preeminencia que se le ha pretendido otorgar a la escolástica sobre el humanismo es resultado de un “pseudo problema” o una controversia que no es tal, sin embargo, esto amerita mencionar unas cuantas líneas.
Es muy importante al avocarse a cualquier tipo de investigación tener un método, a mi no me resulta sorpresivo el hecho de que se la haya otorgado primacía, en oposición al humanismo clásico, al método escolástico, sobre todo a partir de su desarrollo y demostrada eficiencia en los últimos siglos, tomando en cuenta que la lógica es simple y sencillamente implacable cuando se trata de proveer un razonamiento correcto o demostrar que un razonamiento es formalmente incorrecto, el problema de la pseudo-controversia fue dado ya que es más fácil demostrar que un silogismo es lógico que verdadero, sin embargo es aquí cuando entra la difícil labor del humanista ya que la regla básica de su actuar debe ser siempre la “búsqueda de la verdad”, (quid sit veritas?), y aunque esta sea una tarea abrumadora no debe nunca evadirse de esa búsqueda, valiéndose siempre de las herramientas que le proporcione un razonamiento lógico y bien fundado.
LOS CLÁSICOS
Más allá del concepto de “esto es lo que debes conocer”, con la que se pretende a veces desacreditar a los clásicos, cuestionándose que tan valioso puede ser un texto que surgió hace varios siglos por sobre un texto que fue publicado la semana pasada, a mi parecer lo que realmente hace valioso a lo mejor de la literatura, de la música o de la cultura en general va más allá de sus aportaciones o su significado dentro del imaginario colectivo de nuestra cultura.
Si desaparecieran de la faz de la tierra todos los libros que han existido, además de que se perdería trágicamente un acervo de incalculable valor, el resultado no provocaría que los seres humanos se dejaran de hacer preguntas sobre su existencia, el alma, el amor o la vida, y es precisamente sobre estos temas sobre los que versan los verdaderos clásicos y lo que los convierte precisamente en eso, “que le hablan a lo más profundo del ser humano y le susurran al oído palabras reconfortantes”, tal vez, si dejaran de existir todas las copias de Los Miserables, o Del Quijote, ya no sabríamos nada de Jean Valjean o de Sancho Panza, pero eventualmente otra obra literaria hablaría de lo mismo que ellos hablaron; la justicia, la verdad el amor, la vida…
La conservación de los clásicos y el intento que se haga de que se mantengan presentes en la educación no es un intento vano de eruditos achacosos necios con conservar una tradición marchita, sino que es la forma más honesta y verdadera de mantener vivo lo mejor que se ha dicho sobre esos temas, la lectura de los clásicos por esto, no es nunca realmente pesarosa o innecesaria, es Sherlock Holmes diciendo al inspector de Scotland Yard “lo más “práctico que podrías hacer seria encerrarte durante un par de meses y leer toda la literatura policiaca que exista” y esto significa que, la ilusión de no practicidad que se tiene sobre la lectura es falsa, estar en comunicación con “los muertos” es mucho más útil de lo que se cree o en un sentido más profundo, no podremos nunca ser seres maduros en el mundo actual si no hemos hecho un verdadero trabajo espiritual para conocernos a nosotros mismos y lo profundo de la vida, como decía Lutero “Tengo tantas cosas que hacer, que voy a rezar una hora más”.
LA CARRERA DE LOS ROBOTS
No quería dejar de mencionar un artículo que apareció en “The New York Times”, titulado “la carrera de los Robots” en el que se relata cómo los corredores de bolsa han reclutado a poderosas computadoras para leer artículos rápidamente, subir comentarios a Internet y mandar mensajes de Twitter, interpretar las palabras y luego aprovecharlas.
En el flujo de datos desorganizados, ciertas palabras son todo lo que se necesita para mover los mercados, en teoría las máquinas están realizando lo mismo que los humanos, buscar información, aún sin necesidad de frases o de comunicación verbal en lo absoluto, sólo a algunas personas les preocupa que se pierda “el arte y la belleza del lenguaje”
Es interesante saber que existen proyectos que involucran a la base de datos de Google de más de 5 millones de libros digitalizados, que los eruditos emplean para estudiar tendencias e influencias culturales, la base de datos contiene 500 mil millones de palabras de libros publicados entre el año 1500 y el 2008, en inglés, francés, español, alemán, chino y ruso, y se lleva un conteo de la frecuencia con que aparecen palabras y frases, esto supone una gran ventaja para cualquier investigador que quiera trazar una gráfica del uso de ciertos conceptos a través del tiempo, (por ejemplo, “mujeres se menciona poco hasta principios de los años setenta, con la llegada del feminismo).
El uso de avanzadas tecnologías en el campo de las humanidades es un terreno que apenas se está explorando, sin embargo, parece haber un problema de fondo; ninguna tecnología puede remplazar la intuición o la experiencia de un investigador avezado, en este caso, si un poderoso procesador puede determinar cuántas veces se ha mencionado una palabra a lo largo de la historia bibliográfica, nunca podrá remplazar a un investigador experto en un campo que pueda encontrar relaciones insospechadas, nuevas rutas de conocimiento o vínculos que no se habían podido determinar de antemano, no debemos caer en la trampa de la herramienta ya que esta no puede nunca sustituir al elemento humano en la investigación.
CONCLUSIONES
El mundo actual pone a disposición de las personas una cantidad de información enorme, mucha más de la que se ha tenido a la mano en cualquier otra etapa de la historia, esto en principio es maravilloso, cualquier persona con algo de curiosidad (y tiempo) puede dedicarse a estudiar cualquier tema que le interese, por este lado, el avance de la tecnología ha venido a crear una sociedad virtual de la información disponible para cualquier persona.
La posmodernidad atacó desde su basamento toda concepción que se pudiera tener de la cultura; el lenguaje, que es justo el Kernel del asunto, la cultura se transmite por medio del lenguaje, aunque este se vaya modificando existen siempre ideas que permanecen latentes y que son comunes a todos los seres humanos. Por eso mismo yo considero que las criticas modernas a las ciencias humanísticas no se sostienen del todo, ya que como he mencionado la trivialización, el olvido de los clásicos, la búsqueda de rentabilidad monetaria no ha convertido hasta ahora a las humanidades en una pieza de museo, la filología, la retórica, la filosofía son las bases que sostienen el entramado del conocimiento humano, y aunque es obvio que releyendo a los filósofos clásicos no obtendremos respuestas directas a los dilemas de la modernidad, los filósofos clásicos nos dictarán un modo de pensar y una forma de argumentar que siempre será válida, las críticas de la posmodernidad a las artes liberales no las vino a refutar pero ha logrado hacer sonar la alarma para que se revitalicen, se necesitan hoy en día pensadores humanistas con una firme ligazón al pasado pero con vocación de futuro, solo así seremos “enanos en brazos de gigantes” y estaremos más cerca de proveer sentido y significado, dos conceptos de los que tanto adolece la sociedad actual.
Bibliografía
1.- SANBONMATSU John, “El posmodernismo y la corrupción de la Intelligentsia académica”
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar
2.- TÉLLEZ MAQUEO, Ezequiel, “Los clásicos y la investigación en humanidades”, Universidad Panamericana, Facultad de Filosofía, México 2008, 45pp
3.- Christian KOPFF, “The devil Knows latin, Why America needs the classical tradition”
martes, 11 de enero de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)