Pienso mucho en Brahms, creo que el otro día lo ví en coyoacán o la condesa con su clásico traje y su barba, iba repartiendo dulces a los niños del barrio, ese viejo niño juguetón, lo ví contento con su gran barriga y los años a cuestas, se metió a un café y decidí seguirlo, no quise incomodarlo y me senté a unas mesas de distancia.
Así viendolo recordé lo mucho que le agradezco haberme salvado la vida, por que sí, Brahms me salvó la vida!!, cuando todo parecía perdido lo conocí, aprendí sobre él , aprendí a apreciarlo, sus trios y sonatas, su magnificente réquiem, sus sinfonías y sus dánzas húngaras, !!Oh Brahms, el eterno enamorado de Clara Schumman, él eterno enamorado de la dulzura¡¡,
Brahms se retiró, se ha de haber sentido incómodo por que lo observaba detenidamente, nunca lo volví a ver, sin embargo pienso mucho en Brahms.